jueves, diciembre 07, 2006

Hezbollah: que es?

Aquí les dejo este informe extraído de Revista Horizonte. Lo completé con algunas fotografías y algunos links.
Buena Prensa, Buen Mundo!


¿Qué es Hizballah?
Análisis post-guerra
Autor: Daniel Alaluf
¿Partido político, grupo guerrillero o terrorista? Todas las respuestas son correctas. Por ello es tan difícil para Israel eliminar a este enemigo.

Este grupo nació en los años '80, desarrolló su capacidad terrorista y, como hemos podido comprobar en estos días, durante los últimos 20 años ha logrado convertirse en un actor estratégico sumamente importante en Oriente Medio, capaz de determinar el curso de la paz y la guerra en la región. Desde el punto de vista estructural, este grupo ha dejado de estar bajo la guía del Ayatolá Ruhollah Khomeini para acatar las órdenes y estricta disciplina exigida por su propio líder, el carismático Hassan Nasserallah.

Durante la última década, más específicamente desde principios de los '90, varios acontecimientos como las elecciones parlamentarias libanesas de 1992, los acontecimientos internos en Siria e Irán y la retirada Israelí del Líbano, llevaron a muchos analistas a predecir que esta organización dejaría las armas para convertirse en un partido político libanés. Pero durante todos esos años, el grupo continuó utilizando el terrorismo no sólo como su arma sino como una obligación religiosa, parte de la jihad global. Este grupo se autodefine como la vanguardia del Movimiento Islámico, cuya obligación es fortalecer a aquellos grupos que se oponen política y culturalmente a Occidente.

Durante los años '80 y' 90 esta ideología se vio reflejada en el intento de llevar a cabo actividades terroristas en diferentes lugares del planeta que causaron cientos de muertos y heridos.

En el sur del Líbano, donde se encuentra afianzado, es donde este grupo cuenta con más apoyo popular. Debemos recordar que nació en 1982, durante la invasión israelí al Líbano y una parte importante del trabajo que realizó estuvo destinado a reconstruir y desarrollar las zonas afectadas por la primera guerra del Líbano. Fue el primero en asistir, gracias a los millones provenientes de diversas fuentes dudosas, a las clases shiítas pobres largamente marginadas en la sociedad libanesa. Con el correr de los años Hizballah se ocupó de fortalecer sus redes sociales, creando escuelas, centros de salud y dando dinero a los shiítas (un modelo luego aplicado por Hamás en Gaza en los años '90). Desde fines de los años '80 Hizballah ha sido quien ha construido hogares, proveído agua y electricidad y servicios de salud en el sur del Líbano. Incluso quienes critican a esta organización terrorista concluyen que Hizballah ha ejercido un rol en el ámbito social mucho más efectivo que los propios gobiernos libaneses, siendo esta una de las claves de su popularidad.

En el ámbito político esta organización posee una agenda nacionalista a nivel local, e islámica a nivel regional. Por un lado se ha convertido en una parte integral de la vida política libanesa, logrando altos niveles de popularidad fundamentalmente debido a su actividad social y gracias a una imagen de transparencia que no tiene comparación en el sistema político libanés. Por otro lado Hizballah ha desarrollado una gran estructura terrorista, cuyos objetivos son generalmente israelíes y occidentales. Esta estructura terrorista representa la dimensión islámica de este grupo, su ideología y sus aspiraciones.

A nivel local, como hemos observado, Hizballah es la fuerza política dominante dentro de la comunidad shiíta, que es el sector más grande del Líbano (entre 35 y 40% de la población), un sector que no está proporcionalmente representado en el parlamento libanés.

Hizballah ha logrado a través de los años moverse entre estas dos agendas, la local y la regional, y fortalecer los objetivos de ambas. En esta última guerra pudimos observar la constante tensión entre los objetivos locales de este grupo y la ideología islamista con aspiraciones globales. Al comienzo de la misma Nasserallah dio su primer discurso al mundo, transmitido por la cadena de televisión de su organización al-Manar, teniendo detrás de el la bandera de Hizballah. En el discurso siguiente, la bandera fue reemplazada por la del Líbano, hasta que finalmente, en el tercer discurso, ambas banderas estaban en el estudio. El simbolismo es importante para todo líder, el intento de convertir el conflicto en un conflicto entre Israel y el Líbano en lugar de un conflicto entre Israel y una organización terrorista fue fundamental, y el mayor logro de este cambio fue la presión internacional para conseguir un alto del fuego.

El apoyo de los gobiernos de la zona ha sido un factor crucial en el fortalecimiento de esta organización. Líbano, Siria, Irán y otros actores han intentado legitimar a este grupo caracterizándolo como un movimiento de resistencia cuyo objetivo es la liberación de los territorios ocupados. Este tipo de legitimidad busca fundamentalmente alejar la real identidad terrorista fundamentalista con objetivos globales de esta organización, como el mismo Nasserallah lo declarara: "A fin de conseguir la victoria debemos luchar en todos los frentes. Debemos ser globales e integrales". No es una mera casualidad que el emblema del grupo incluye una ametralladora sobre una imagen del globo terráqueo, con una frase tomada del Corán: "Sólo la congregación de Alá debe lograr la victoria". Las ambiciones globales son claras y preocupantes, la diferencia entre un movimiento de resistencia local y una organización terrorista global son obvias. A fin de eliminar el peligro que Hizballah supone para Occidente y para todos quienes se aparten del camino Alá, el mundo debe tener en cuenta estas diferencias y evitar catalogar el conflicto como una simple lucha entre dos vecinos.

"Con una pequeña ayuda de mis amigos"

Las actividades terroristas de Hizballah en Israel y el mundo le han dado a este grupo gran prestigio en el mundo árabe y musulmán, un prestigio que les brinda independencia y posibilidades de aspirar a mayor poder. Esta popularidad trae dos implicaciones inmediatas para Siria e Irán. En Damasco las actividades de Hizballah amenazan al régimen del inexperto presidente Bashar al-Assad ya que, como pudimos observar en este último conflicto, lo expone a un enfrentamiento militar con Israel. En Teherán los logros de Hizballah han implicado el fortalecimiento de las políticas oficiales anti israelíes y anti americanas, acentuando el apoyo del gobierno a los grupos terroristas y oponiéndose al diálogo con Occidente.

El balance de poder entre Damasco y Hizballah ha cambiado desde la muerte del padre del actual presidente sirio. Este cambio es generalmente atribuido a la extraña relación entre Nasserallah y Bashar al-Assad. En los últimos años el grupo ha obtenido mucha independencia y Nasserallah ha logrado mayor apoyo popular, esto sin duda demuestra la constante debilitación del poder sirio en el Líbano.

Siria es el aliado estratégico que le permite a Hizballah llevar a cabo sus actividades terroristas contra Israel gracias a la coordinación política y militar que le provee, presionando a los gobiernos libaneses para dejar en manos del grupo terrorista toda la zona del sur del país. Sin la ayuda siria, Hizballah no hubiera conseguido su actual estatus de "libertador" en esa zona del país. La ayuda logística del gobierno de Bashar, el adiestramiento militar y asistencia tecnológica han convertido a Hizballah en un aliado militar del ejército sirio en su lucha contra Israel.

En el año 2002 Hizballah recibió un importante envío de armas desde Damasco, un envío que incluía misiles de 220 milímetros. Siria posee en su territorio una gran cantidad de campos de entrenamiento de terroristas donde los miembros de Hizballah suelen adiestrarse. El gobierno sirio ha permitido a Hizballah el uso de guerrilla a fin de obtener en un futuro la retirada de Israel de los Altos del Golán bajo condiciones favorables para Damasco. En el discurso de Nasserallah en la ceremonia llevada a cabo para conmemorar el primer aniversario de la muerte de Hafez al-Assad, Nasserallah prometió a Bashar liberar las granjas de Sheeba por medio de una sangrienta jihad (guerra santa), acentuando que "Hizballah logrará la victoria en Palestina y el Golán".

Por el lado de Irán, las relaciones entre el grupo y el gobierno de Teherán paradójicamente mejoraron a partir de 1997 tras la elección del presidente reformista Muhammad Khatammi. Si bien durante la presidencia de Khatammi el apoyo oficial disminuyó, el dinero iraní continúa llegando a los cuarteles en Beirut a través de organizaciones iraníes "no gubernamentales", probablemente como una medida para afrontar la lucha contra el terror encabezada por los Estados Unidos. Quizás el antecedente más claro del apoyo iraní a Hizballah ha sido la cooperación de los dos en el salvaje atentado a la AMIA.

Debemos tener en cuenta que el 90% de la población iraní es shiíta y, por lo tanto, tienen un gran interés y preocupación en lo que les pueda suceder a sus correligionarios en el Líbano, fundamentalmente tras la revolución islámica de 1978-79. Al igual que en el Líbano, los shiítas iraníes eran dominados hasta la revolución por los sunitas y los maronitas. El éxito de la revolución iraní sirve de inspiración y ejemplo para Hizballah. Hoy en día, dos décadas más tarde, la ideología de esta revolución aún se mantiene viva no sólo en Irán, donde muy pocos dudan de la legitimidad del gobierno extremista, sino también en el sur del Líbano, donde Hizballah se esmera en mantener fuertes lazos simbólicos con los principios fundamentalistas de esta revolución. No hay ninguna duda de que grandes sumas de dinero llegan a Hizballah desde Irán. Se estima que éstas alcanzan los 200 millones de dólares por año, pero las generosas donaciones iraníes sólo representan una pequeña fracción del presupuesto anual de Hizballah. El rol más importante que cumple Teherán en la vida de Hizballah es el apoyo ideológico y el respaldo internacional que este país le brinda.

Como hemos observado, si bien el apoyo sirio e iraní es muy importante, a nivel económico ninguno de estos dos países cuenta con los fondos líquidos suficientes para financiar por completo las actividades de Hizballah. Según el profesor Dwight J. Simpson de la Universidad de San Francisco, la mayor parte de los fondos proviene de la caridad. Los shiítas, tras observar el logro inicial de sus correligionarios en las elecciones primarias iraquíes de 2005, tienen la esperanza de lograr el poder político en el Líbano dado que allí también son la mayoría. Las donaciones a Hizballah han crecido considerablemente en los últimos años, no sólo donaciones provenientes de Irán sino de todo el mundo árabe. Debemos tener en cuenta que la caridad es una obligación religiosa.
Los lazos en América Latina
Los dos atentados mas sangrientos en la historia sudamericana fueron perpetrados por Hizballah: el 17 de marzo de 1992 un coche bomba demolió la embajada israelí en argentina, asesinando a 29 personas e hiriendo otras 250. El segundo atentado tuvo como objetivo la AMIA, donde el 18 de julio de 1994 perecieron 85 personas y varias decenas más resultaron heridas.

Según las dudosas investigaciones de las autoridades argentinas, el atentado a la embajada fue planeado por la inteligencia iraní y Hizballah fue el encargado de llevar a cabo el macabro plan. El jefe de seguridad de los Servicios de Inteligencia del Estado (argentino) presentó a las autoridades israelíes en el año 2003 un reporte secreto que incriminaba a Irán y Hizballah en el ataque contra la AMIA. Según este documento los ataques en Buenos Aires "fueron motivados por el odio a Israel y el pueblo judío y el deseo de castigar al gobierno de Carlos Menem por haber cancelado un compromiso de su predecesor, Raul Alfonsín, según el cual Argentina proveería equipamiento y tecnología a Irán para su programa nuclear".

El apoyo iraní fue determinante en esta operación. Desde las filas del régimen revolucionario Iraní se dictó un fatua, edicto religioso, a Imad Mughniyeh ordenándole llevar a cabo el atentado. Éste habría trabajado en conjunto con Mohsen Rabbani, un agente secreto iraní que operaba en la Argentina a fin de organizar el plan, bajo la pantalla de ser el encargado de asuntos culturales de la embajada de su país. Hizballah probablemente no hubiera podido llevar a cabo su plan sin el apoyo operativo de Irán que, aparentemente, también incluyó una sustanciosa "donación" de 10 millones de dólares para la cuenta personal del corrupto presidente Carlos Saúl Menem a fin de que éste no implique directamente a Irán, país con el cual, a pesar del crimen cometido, Argentina sin ningún pudor aún mantiene relaciones diplomáticas.

La presencia de Hizballah también es largamente conocida en la denominada Triple Frontera, donde se unen los límites internacionales de Argentina, Paraguay y Brasil. En el mes de febrero del año 2000, las autoridades paraguayas arrestaron a Ali Khalil Mehri, un empresario libanés acusado de vender software pirata y financiar las actividades de Hizballah. De forma similar, el empresario Assad Ahmad Barakat, un inmigrante libanés en el Paraguay, fue arrestado durante el verano de 2002 en la zona de la Triple Frontera tras girar importantes sumas de dinero a Hizballah. En octubre de 2001, en un allanamiento realizado en Paraguay a una de las empresas de Barakat, se encontraron numerosos documentos que lo vinculaban con Hizballah, incluyendo una carta del mismo Nasserallah donde "le agradecía por las generosas colaboraciones que Barakat había enviado desde la Triple Frontera".

En noviembre del mismo año las autoridades chilenas alegaron que Barakat poseía en Chile dos empresas que se encargaban de lavar dinero para Hizballah. Como consecuencia, siete ciudadanos libaneses fueron arrestados y acusados de financiar actividades terroristas.

En Colombia, Hizballah posee células en la población de Maicao, donde el tráfico de drogas y las redes de contrabando son utilizados para lavar dinero y posteriormente financiar actividades terroristas. Dos denuncias ya han sido investigadas en esta zona, según las cuales el grupo se dedica al tráfico de armas y drogas.

Durante sus 25 años de historia, Hizballah ha demostrado claramente ser un movimiento ideológico dirigido por fuertes líderes, con una visión estratégica, objetivos muy claros y gran experiencia en la lucha terrorista y guerrillera. Su líder actual Hassan Nasserallah está aparentemente convencido de que sus métodos son los que le darán la victoria. Los logros que ha obtenido esta organización con el correr de los años, y más específicamente la retirada unilateral israelí del Líbano en el año 2000 y el dudoso resultado de los últimos enfrentamientos, fortalecen la moral y los objetivos de este grupo. No debemos olvidar que Hizballah cuenta en su arsenal con un arma que no ha utilizado últimamente: su red de terrorismo internacional.

Debido a la gran influencia de este grupo en la zona y su alto potencial destructivo, es necesario que la comunidad internacional lo aísle, y ejerza una fuerte presión económica y diplomática sobre sus dos principales esponsors, Siria e Irán; presione a Damasco para generar un diálogo que lleve al desarme de Hizballah y controle que el ejército del Líbano sea una fuerza lo suficientemente capacitada técnica e ideológicamente para ejercer una presencia efectiva en el sur del Líbano. Una pseudo victoria de Hizballah solamente traerá más conflictos en el futuro. Ha llegado el momento de que la comunidad internacional genere una verdadera democratización en un Líbano donde no haya cabida para una milicia terrorista, ni para sub-estados. Sólo así podrá ser alcanzada la paz en Medio Oriente.
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Aquí les dejo links de Hezbollah en America Latina:
Fotografías (por motivos técnicos no las pude subir)
Llaman la atención estas fotos, que son de una manifestación del 6-7-06 previa al inicio del enfrentamiento contra Hezbollah en Líbano, donde se vislumbra un cuadro de Jomeini. Esto da el indicio de que Hezbollah estaba presente antes del conflicto de Julio (ya que algunos podrían decir que los panfletos de Hezbollah eran solo para mostrar oposición a Israel)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

En Argentina tenemos a muchas personas pertenecientes a la comunidad árabe e islámica que le dan dinero a los terroristas del Hezbolá. Ellos dicen que "es para el Líbano", pero todos sabemos que el dinero llega a los bolsillos de Nasrala. Son verdaderamente unos terroristas hijos de puta. Si fuera por ellos, nunca habría paz en Medio Oriente.

La paz llegará cuando los árabes amen más a sus hijos de lo que nos odian a nosotros.

Anónimo dijo...

Lo que más aterra es que Hizbolá está usando técnicas de marketing totalmente occidentales para ganar las elecciones. Pretenden dar la imagen de que son un partido politico moderno, sobretodo en un país como el Líbano, que es probablemente de los más avanzados y de mentalidad más abierta. Estos lobos se han puesto la piel de cordero para que, una vez ganadas las elecciones, declarar la república islámica, la sharia y las mujeres con burka. Entonces la región sí que se irá del todo al garete.
http://recaredoblog.blogspot.com

Buena Prensa dijo...

Andrés: no puedes pensár así de la gente. Probablemente ellos crean honestamente que están donando dinero que llegará a las manos de los Libaneses. Probablemente no sepan que buena parte de ese dinero servirá para financiar el terrorismo o el asistencialismo de Hezbollah.
Por otra parte, otros pensarán que no les importa si va a manos de Hezbollah, porque para ellos Hezbollah no es malo. Obviamente, o bien les llega información incorrecta acerca de cuales son los fines y los metodos de Hezbollah, o bien están de acuerdo con esos fines y esos metodos.

No podés generalizar del modo en que lo estás haciendo. Está mal. Muy mal.

Saludos!
Buena Prensa

Anónimo dijo...

Buenaprensa: Te puedo jurar por lo que sea que, en privado, la mayoría de los árabes e islámicos que viven en Argentina (y otros países) piensan que Hezbolá es bueno y que Israel debería desaparecer. TE LO PUEDO JURAR! LA MAYORÍA DE LOS MOROS PIENSAN ESO!

Buena Prensa dijo...

Andrés: yo no creo que piensen eso. Y creo que tu manera de razonar es bastante criticable, y alcanza niveles de generalización negativa que pueden llegar a entremezclarse con cierta islamofobia.
Me llama la atención el que lo digas tan convencido. ¿Como sabés vos que es lo que los musulmanes piensan en privado? La verdad es que no lo sabes. Sospechas, intuyes, en base a prejuicios o experiencias con algún que otro musulmán, que puede ser representativo del resto de los musulmanes o no.

Con el mismo razonamiento que el tuyo, un musulmán podría decir que "todos los judíos se creen superiores al resto de las personas, se creen mas inteligentes y se creen el pueblo elegido, y aunque en público lo nieguen, en privado piensan eso."
Vos y yo sabemos que los judíos no nos pensamos ni mejores ni peores que nadie por el solo hecho de ser judíos.

Finalmente, en ultima instancia, ellos pueden llegar a creer que Hezbollah es bueno y que Israel debe desaparecer. Eso puede deberse a la mala información que obtienen. Quizás crean que Hezbollah es un partido politico libanés que tiene mucho trabajo social y asistencia a los pobres, ignorando que son un grupo terrorista que se ha adueñado del sur del Libano, haciendo a diestra y siniestra lo que desean con un país en favor de una "Califato Islámico"

noralicia dijo...

y que va a hacer ISRAEL al respecto? VA A CONFISCAR los ingresos de la diaspora libanesa en las cuentas de ayuda humanitaria segun estan declaradas? o va esperar el reame para otra conflagracion? y los soldados estan muertos o vivos? que va a negociar esta vez el HIZBOLLAH o ya no se trata de negociar nada? y de hecho pasamos a la face de exterminio y ya ! tu que eres una mente brillante sabras responder a esto , buenapress. agur
toda roba . te lo puse en hibrit ya que no sabes , batua.je

Buena Prensa dijo...

¿Que va a hacer Israel al respecto?
Antesd de preguntarnos "que va a hacer Israel" hay que preguntarse "que puede hacer Israel" y "que pueden hacer otros actores".
Israel tiene tres alternativas.
1) Hacer de cuenta que nada pasó, seguir con otros temas hasta que el conflicto vuelva a resurgir en un mediano plazo.
2) Meter presión diplomatica para que se cumpla la resolución 1701 que pide por el desarme de Hezbollah. Obviamente Israel no tiene ningún poder politico en el mundo ni en la comunidad internacional, así que todo reclamos seguramente será desatendido. Por otro lado, la Comunidad Internacional no tiene mayores intereses en transformar su "diplomacia" en algo mas concreto para lograr desarmar a Hezbollah. Es decir, no habrán fuerzas internacionales que se enfrenten a Hezbollah.
3) Ir a la guerra nuevamente con Hezbollah. Ante eso, seguramente lloverán millones de voces críticas de la guerra, manifestaciones pacifistas, condenas internacionales a Israel, etc., hasta que, o bien Israel elimine la capacidad bélica y operativa de Hezbollah, o bien Israel tenga que ceder ante la presión internacional y se vuelva a la misma situación que se vivió en Agosto del 2006 con un "cese al fuego" que patea la pelota para adelante.

Asi que se ve, Israel no puede hacer muchas cosas. Todas las alternativas terminan dañando a Israel.

La cuestión reside en que este tema excede lo que Israel pueda o no hacer. Israel no puede seguir actuando por separado del mundo, pero el mundo se empecina en negarle a Israel el derecho que se le admite a todos los otros Estados del mundo: el derecho a responder ante reiteradas hostilidades de los paises vecinos (en el caso de Libano, hostilidades por inacción, por no controlar a Hezbollah).

Yo creo que la solución necesariamente será bélica. Hezbollah no va a desarmarse voluntariamente. No se puede negociar un "desmantelamiento" pulcro e higienico de Hezbollah.

Y la solución bélica debe ser enfrentada por parte de los mayores interesados en que Hezbollah deje de operar: el pueblo libanés e israelí. En esto son aliados, no son enemigos.

El temor del pueblo libanés a oficializar una guerra civil que sigue latente impide esta alianza entre Israel y Libano. Pero es obvio que eventualmente la guerra civil libanesa estallará (a no ser que los cristianos se dejen oprimir por parte de Hezbollah y los shiitas).
Cuando estalle dicha guerra civil, el combate será entre los Libaneses no fundamentalistas y Hezbollah. Israel deberá apoyar al pueblo libanés en su lucha contra las injerencias Iraníes y Panislamicas de Hezbollah.

Y la comunidad internacional deberá asumir el rol que le merece, hacerse cargo que la guerra es inevitable y actuar en consecuencia, apoyando la democracia libanesa.

Por ende reitero mi respuesta: no es cuestión de "que va a hacer Israel". La pregunta es "que se va a hacer al respecto". Esta cuestión excede a Israel.

saludos!
buenaprensa

Anónimo dijo...

Si bien a este artículo del Telegraph de Londres lo he enviado anteriormente a otros blogs, creo que no está de más repetirlo ya que su autor, el británico John Keegan, es considerado el historiador militar más importante de la actualidad.
Para Keegan, una nueva guerra (o continuación del conflicto) entre Israel y Hizbollah es inevitable y ocurrirá muy pronto.




Why Israel will go to war again – soon

By John Keegan
Last Updated: 12:01am GMT 03/11/2006

There will soon be another war in the Middle East, this time a renewal of the conflict between the Israel Defence Force (IDF) and Hizbollah. The conflict is inevitable and unavoidable. It will come about because Israel cannot tolerate the rebuilding of Hizbollah's fortified zone in south Lebanon, from which last year it launched its missile bombardment of northern Israel.

Hizbollah has now reconstructed the fortified zone and is replenishing its stocks of missiles there. Hamas is also creating a fortified zone in the Gaza Strip and building up its stocks of missiles. Israel, therefore, faces missile attack on two fronts. When the Israel general staff decides the threat has become intolerable, it will strike.

What happened in south Lebanon earlier this year has been widely misunderstood, largely because the anti-Israel bias in the international media led to the situation being misreported as an Israeli defeat.
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It was no such thing. It was certainly an Israeli setback, but the idea that the IDF had suddenly lost its historic superiority over its Arab enemies and that they had acquired military qualities that had hitherto eluded them was quite false. Hizbollah suffered heavy losses in the fighting, perhaps as many as 1,000 killed out of its strength of up to 5,000 and it is only just now recovering.

What allowed Hizbollah to appear successful was its occupation of the bunker-and-tunnel system that it had constructed since June 2000, when the IDF gave up its presence in south Lebanon, which it had occupied since 1982.

Although the IDF had got into south Lebanon, the casualties it had suffered in entering the fortified zone had alarmed the government and high command, since Israel's tiny population is acutely vulnerable to losses in battle. Israel's plan was to destroy Hizbollah's tunnels and bunkers, but the sending of a United Nations intervention force did not allow the destruction to be completed before the IDF was forced to withdraw.

Tunnel systems have played a crucial part in many modern campaigns, without attracting much attention. That is a serious oversight. The success of the Viet Cong in sustaining its war effort in Vietnam in 1968-72 depended heavily on its use of the so-called War Zone B, a complex of deep tunnels and underground bases north of Saigon, which had been begun during the war against the French in 1946-55.

War Zone B provided the Viet Cong with a permanent base of refuge and resupply that proved effectively invulnerable even against a determined American effort to destroy it. War Zone B has now become a major tourist attraction to Western visitors to Vietnam.

In its time, however, War Zone B was very far from being a holiday facility: it assured the survival of the Viet Cong close to Saigon and their ability to mount operations against the government forces and the Americans. Hizbollah, either by mimicry or on its own account, has now begun to employ a tunnel and underground base strategy against Israel. It was for that reason it was able to confront Israeli armoured forces in south Lebanon earlier this year.

The adoption of a tunnel strategy has allowed Hizbollah to wage asymmetric warfare against Israel's previously all-conquering armoured forces. The tunnel system is also impervious to attack by the Israeli Air Force.

Since Israel's reason for existence is to provide a secure base for the Jewish people, and that of the IDF is to act as their shield and safeguard – functions that have been carried out with high success since 1948 – it is obvious that neither can tolerate a zone of invulnerability occupied by a sworn enemy located directly on Israel's northern border.

It is therefore an easy prediction to foresee that the IDF will – at some time in the near future – reopen its offensive against Hizbollah in south Lebanon and will not cease until it has destroyed the underground system, even if, in the process, it inflicts heavy damage on the towns and villages of the region.

It is likely that it will also move against the underground system being constructed in the Gaza Strip. Hamas resupplies itself with arms and munitions brought from Egypt through those channels. Gaza is a softer target than south Lebanon, since it is an enclave that Israel easily dominates.

Indeed, the IDF may attack Gaza as a distraction from south Lebanon in an effort to make Hizbollah divide its forces and efforts.

Destroying the underground military facilities may be straightforward, but it is likely to create diplomatic complexities, particularly with the UN. Entering south Lebanon risks provoking a clash with Unifil, the major part of whose strength is provided by France. It is unlikely that such a risk will deter Israel. When national survival is at risk, Israel behaves with extreme ruthlessness. It attacked an American communications ship during the Six-Day War because it objected to America listening in to its most secret signals.

The big question hanging over an Israeli return to south Lebanon is whether that would provoke a war with Syria, Lebanon's Arab protector. The answer is quite possibly yes, but that such an extension of hostilities might prove welcome both to Israel and to the United States, which regards Syria as Iran's advanced post on the Mediterranean shore.

What is certain is that – probably before the year is out – Israel will have struck at Hizbollah in south Lebanon. And the strike will come even sooner if Hizbollah reopens its missile bombardment of northern Israel from its underground systems.

 
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